El jóven sale de su trabajo en la feria y va a la pensión a ponerse un uniforme de socorrista. Las letras SOS estan pintadas en grande, sobre su espalda. Llega a la piscina y se sienta debajo de una sombrilla. Su camiseta amarilla con las grandes iniciales resplandece bajo un sol que sale por entre las sombras de un club privado semivacío, a no se por la presencia de un matrimonio con dos niños que observan mientras sus padres no dejan de sumergirse para competir, en la parte más profunda , donde uno desciende pero nunca encuentra el piso, donde a veces nace el terror de no encontrar el piso. Esto el joven lo sabía muy bien, por ello, y por ser la primera vez que le encargaban dicho oficio de socorrista (una oportunidad de hacer dinero extra, ya que la feria no iba bien) le preocupaba, cuando los veía sumergirse y demorar cada vez mas en salir.


La señora se acerca finalemente al joven socorrista ayudada por una curiosidad de tipo no pensante, y le pregunta, para romper el pesado silencio del encargado de la seguridad de la piscina, si sus niños pueden tirarse de cabeza. El joven habla por primera vez en la tarde, luego de 4 horas de vigilia.


- Si tiene miedo, no.

- No lo tiene.

- Ud. no puede estar segura! Oh, a Usted, la he visto nadar como una foca miedosa que no mete la cabeza bajo el agua porque no quiere ahogarse y cree que sabe lo que su hijo siente cuando deja suspendida su respiracion y ve todo borroso, mientras sus timpanos son invadidos por infrecuentes y caoticas ondas acuaticas, que desconciertan la percepcion de cualquiera estableciendo un estado de alarma que infundado, termina en una solitaria desesperacion!. No!, Yo no quiero que me confundan, no soy un heroe, si su hijo se ahoga, dejelo respirar!

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